Hablando con un buen amigo sobre algunas de mis fantasías
que todavía no había llevado a la realidad, quizás por prudencia y por la
manera en la yo la imaginaba en mi cabeza, el tener una cita a ciegas.
Siempre la había imaginado tal cual, sin conocer a la
persona, ni físicamente, sin haber tenido nunca contacto alguno, incluso prácticamente
sin haber hablado con él previamente, solo lo justo.
En esta conversación, este amigo me habló de una página de
contactos, en la que a su vez participaba un buen amigo suyo, del cual me contó
algunas cosas que me parecieron interesantes y un día de esos en los que el
morbo recorre tu cuerpo, me registré, le busqué y le escribí.
No tardé en tener una respuesta y comenzamos un cruce de
mensajes que dieron pié a hacerle una propuesta que estaba deseando desde hace
tiempo y aprovechando la circunstancia de la confianza que me daba que fuese
amigo de mi cómplice, le propuse una cita a ciegas.
Al hacerlo me sentí tan excitada, tan perra a la vez, que no
importaba su respuesta que para mi sorpresa, aceptó sin dudar. Y, ya que había
sido proposición e iniciativa mía, quería que fuese tal cual la había imaginado
siempre, y eso fue lo único que le hice saber, tan solo como iba a ir vestida,
como le esperaría.
Le dije que siempre me había imaginado en una habitación,
vestida de colegiala, sin ropa interior, con mis ojos vendados, con la puerta entreabierta
esperando a que llegase y dispuesta a todo lo que él quisiera hacer conmigo.
Aquello, debió ponerle bien caliente por la respuesta que recibí que….no hacía
más que aumentar mi deseo.
Los días previos, la verdad es que me moría por conocer algo
más sobre él, por escuchar al menos su voz, pero ummmm me gustaba ese deseo “descontrolado"
que sentía al imaginar la situación.
Al fin llegó el día y fui al lugar y hora acordados. En la
habitación de un hotel, me vestí como le había dicho, dejé la puerta abierta y
me vendé los ojos bien fuerte, no quería entrever absolutamente nada, solo
quería dejarme llevar y sentir. Llevaba una blusa blanca sin abrochar, tan solo
atada a mi cintura, una faldita de
colegiala en tonos rojos, un liguero negro que sujetaban mis medias negras y no
llevaba ropa interior.
Me senté sobre la cama a esperar a que entrase por la puerta, estaba nerviosa, deseosa de que llegase, estaba atenta a cualquier sonido insignificante, la espera se me hacía eterna y solo habían pasado algunos minutos cuando tan solo un “hola, zorra!” despertó todos mis sentidos, además de empapar mi coñito que llevaba varios días muy mojado.
Me senté sobre la cama a esperar a que entrase por la puerta, estaba nerviosa, deseosa de que llegase, estaba atenta a cualquier sonido insignificante, la espera se me hacía eterna y solo habían pasado algunos minutos cuando tan solo un “hola, zorra!” despertó todos mis sentidos, además de empapar mi coñito que llevaba varios días muy mojado.
Sentí la presencia de
alguien muy cerca de mi, la respiración se aceleraba, mis manos querían tocarle
pero, esperé……y al sentir sus labios en mi cuello, toque su cabeza. El me
hablaba pero, casi no podía escuchar de todo lo que estaba sintiendo y sentí
como sus labios rozaban los míos, su lengua lamia mis labios, desató mi blusa y
la abrió completamente dejando a la vista mis pechos y sentí como sus manos los
agarraban bien fuerte, los acariciaba con fuerza, pellizcaba suavemente mis
pezones y yo comencé a gemir de placer.
Seguía con mis ojos vendados y aunque deseaba que me
arrancase aquella venda, por otro lado, quería disfrutar más del resto de mis
sentidos y sentí como su mano rozaba mis muslos empezando a acariciar mi coño
que ya estaba chorreando, no podía más y movía mis caderas hacía su mano, sentí
como su dedo entraba en mi coño mientras metía su lengua en mi boca, mi cuerpo
empezó a temblar, mis manos buscaba su polla que pude sentir con mis manos lo
dura que estaba, desabroché su pantalón él agarró mi cabeza y metió su polla en
mi boca sin pensarlo dos veces follándomela sin contemplaciones, mientras metía
varios dedos en mi coño haciendo que me corriese una y otra vez sin parar!!
Le escuchaba gemir y aquello me volvía loca, cada vez notaba
su polla más dura, uffffffff…..estaba deseando que me follase, que me empotrase
como a una perra y así se lo pedí, se lo suplicaba y él no dejaba de follarme
la boca, de besarme con intensidad mientras me susurraba al oído lo puta que
era, lo buena perrita que le parecía….pero yo sentía como él también deseaba
clavarme su enorme polla.
Se sentó sobre la cama, me colocó frente a él, me dio la
vuelta… zas!!! Sentí un azote en mi culito, sentí como sus dedos follaban mi
coño con fuerza, sentí como estaba colocando un condón en su polla. A esas
alturas, yo había perdido la cuenta de cuantas veces me había corrido, me acercó y me tumbó sobre él abriendo bien
mis piernas y clavándome su polla hasta el fondo ufffff, como me gustó el
gemido que salió de su boca, agarró mi barbilla y arrancó la venda de mis
ojos!!
Ummm, me encantó ver su cara, verle tan excitado, sentir
todo su cuerpo y ver como su mirada me traspasaba. Me puso a cuatro patas
frente a un espejo que había en la habitación y como a una perra me folló de
todas las maneras posibles hasta que su polla estaba a punto de estallar, entonces
me tumbó en la cama para derramar toda su leche sobre mi!!
Quedamos tumbados en la cama intentando recuperar el
aliento y me dijo…….”soy Jose, un placer
conocerte”, le miré con una sonrisa pícara y le contesté…….” Yo soy Leyre, el
placer es mio”.