miércoles, 23 de agosto de 2017

CITA A CIEGAS



Hablando con un buen amigo sobre algunas de mis fantasías que todavía no había llevado a la realidad, quizás por prudencia y por la manera en la yo la imaginaba en mi cabeza, el tener una cita a ciegas.
Siempre la había imaginado tal cual, sin conocer a la persona, ni físicamente, sin haber tenido nunca contacto alguno, incluso prácticamente sin haber hablado con él previamente, solo lo justo.
En esta conversación, este amigo me habló de una página de contactos, en la que a su vez participaba un buen amigo suyo, del cual me contó algunas cosas que me parecieron interesantes y un día de esos en los que el morbo recorre tu cuerpo, me registré, le busqué y le escribí.
No tardé en tener una respuesta y comenzamos un cruce de mensajes que dieron pié a hacerle una propuesta que estaba deseando desde hace tiempo y aprovechando la circunstancia de la confianza que me daba que fuese amigo de mi cómplice, le propuse una cita a ciegas.
Al hacerlo me sentí tan excitada, tan perra a la vez, que no importaba su respuesta que para mi sorpresa, aceptó sin dudar. Y, ya que había sido proposición e iniciativa mía, quería que fuese tal cual la había imaginado siempre, y eso fue lo único que le hice saber, tan solo como iba a ir vestida, como le esperaría.
Le dije que siempre me había imaginado en una habitación, vestida de colegiala, sin ropa interior, con mis ojos vendados, con la puerta entreabierta esperando a que llegase y dispuesta a todo lo que él quisiera hacer conmigo. Aquello, debió ponerle bien caliente por la respuesta que recibí que….no hacía más que aumentar mi deseo.
 
Los días previos, la verdad es que me moría por conocer algo más sobre él, por escuchar al menos su voz, pero ummmm me gustaba ese deseo “descontrolado" que sentía al imaginar la situación.
Al fin llegó el día y fui al lugar y hora acordados. En la habitación de un hotel, me vestí como le había dicho, dejé la puerta abierta y me vendé los ojos bien fuerte, no quería entrever absolutamente nada, solo quería dejarme llevar y sentir. Llevaba una blusa blanca sin abrochar, tan solo atada a  mi cintura, una faldita de colegiala en tonos rojos, un liguero negro que sujetaban mis medias negras y no llevaba ropa interior.


Me senté sobre la cama a esperar a que entrase por la puerta, estaba nerviosa, deseosa de que llegase, estaba atenta a cualquier sonido insignificante, la espera se me hacía eterna y solo habían pasado algunos minutos cuando tan solo un “hola, zorra!” despertó todos mis sentidos, además de empapar mi coñito que llevaba varios días muy mojado.
Sentí  la presencia de alguien muy cerca de mi, la respiración se aceleraba, mis manos querían tocarle pero, esperé……y al sentir sus labios en mi cuello, toque su cabeza. El me hablaba pero, casi no podía escuchar de todo lo que estaba sintiendo y sentí como sus labios rozaban los míos, su lengua lamia mis labios, desató mi blusa y la abrió completamente dejando a la vista mis pechos y sentí como sus manos los agarraban bien fuerte, los acariciaba con fuerza, pellizcaba suavemente mis pezones y yo comencé a gemir de placer.
Seguía con mis ojos vendados y aunque deseaba que me arrancase aquella venda, por otro lado, quería disfrutar más del resto de mis sentidos y sentí como su mano rozaba mis muslos empezando a acariciar mi coño que ya estaba chorreando, no podía más y movía mis caderas hacía su mano, sentí como su dedo entraba en mi coño mientras metía su lengua en mi boca, mi cuerpo empezó a temblar, mis manos buscaba su polla que pude sentir con mis manos lo dura que estaba, desabroché su pantalón él agarró mi cabeza y metió su polla en mi boca sin pensarlo dos veces follándomela sin contemplaciones, mientras metía varios dedos en mi coño haciendo que me corriese una y otra vez sin parar!!
Le escuchaba gemir y aquello me volvía loca, cada vez notaba su polla más dura, uffffffff…..estaba deseando que me follase, que me empotrase como a una perra y así se lo pedí, se lo suplicaba y él no dejaba de follarme la boca, de besarme con intensidad mientras me susurraba al oído lo puta que era, lo buena perrita que le parecía….pero yo sentía como él también deseaba clavarme su enorme polla.
Se sentó sobre la cama, me colocó frente a él, me dio la vuelta… zas!!! Sentí un azote en mi culito, sentí como sus dedos follaban mi coño con fuerza, sentí como estaba colocando un condón en su polla. A esas alturas, yo había perdido la cuenta de cuantas veces me había corrido,  me acercó y me tumbó sobre él abriendo bien mis piernas y clavándome su polla hasta el fondo ufffff, como me gustó el gemido que salió de su boca, agarró mi barbilla y arrancó la venda de mis ojos!!
Ummm, me encantó ver su cara, verle tan excitado, sentir todo su cuerpo y ver como su mirada me traspasaba. Me puso a cuatro patas frente a un espejo que había en la habitación y como a una perra me folló de todas las maneras posibles hasta que su polla estaba a punto de estallar, entonces me tumbó en la cama para derramar toda su leche sobre mi!!
Quedamos tumbados en la cama intentando recuperar el aliento  y me dijo…….”soy Jose, un placer conocerte”, le miré con una sonrisa pícara y le contesté…….” Yo soy Leyre, el placer es mio”.