domingo, 28 de junio de 2009

SUS DESEOS, MI PLACER (I)


Después de una mañana de lo más intensa, tras sufrir un castigo “merecido”, me hizo ponerme mi collar y mi correa, para demostrarme quien manda!!

Mientras mi cabeza todavía asimilaba todas las palabras que hacía unos minutos salían por la boca de Marcos, él me colocaba ese collar, enganchaba la correa ordenándome que me colocase a cuatro patas ante él y, sin dudarlo ni un segundo, así lo hice.

No sabía lo que pretendía, yo solo sentía esa necesidad de satisfacer sus deseos, que era superior a todas mis fuerzas y a todo pensamiento que pudiese “oponerse” a ello, y…….Marcos empezó a tirar de esa correa diciéndome “vamos perrita, demos un paseo”……buffff, solo podía sentir un morbo increíble, una excitación que nunca antes había sentido, en parte también sentía que podría resultar algo “degradante”……pero me gustaba esa sensación!! Era extraño, pero me gustaba demasiado.

No podría explicarlo, pero me sentía cual perra que pasea feliz junto a su orgulloso Amo, mientras él acariciaba mi lomo de vez en cuando, agradeciéndome lo bien que me estaba portando.

Marcos no dejaba de pasearme de un lado a otro, como si quisiese domarme, dándome órdenes en todo momento, parándome de vez en cuando para que con mi lengua lamiese sus pies desnudos, sus piernas. Y ante aquella situación, estas sensaciones me producían más placer del que nunca había imaginado, yo no podía dejar de estar excitada, llena de deseo, mi imaginación volaba y……a esas alturas solo sentía como mi excitación había llegado hasta mis muslos que empapados rozaban mientras me paseaba a cuatro patas.

Yo le imaginaba mirándome fijamente, quería pensar que estaba totalmente orgulloso de tener una perra tan obediente que se desvivía por satisfacer sus deseos y……aunque no podía ver esa mirada, si que podía sentirlo y saber que podría estar disfrutando del mismo placer que yo sentía en ese momento, literalmente…….me disparaba!!!

Marcos me arrodilló al lado de la cama, me puso la correa en la boca, se tumbó……..y se dedicó a mirarme durante unos minutos. En ese momento, sí que clavé mis ojos en los suyos, mi cuerpo no dejaba de temblar……me encontraba arrodillada ante él, a su entera disposición y él solo me contemplaba, sus palabras ya no eran de desprecio, su mirada ya no era de rabia, ya no sentía su ira, solo le sentía disfrutando de ese momento, disfrutando de su perra de una manera que más allá del sexo, creo que ninguno imaginamos y……siquiera me estaba tocando en esos instantes.

Marcos me estaba preparando, para lo que vendría a continuación. Hacía algunos días que me había dicho “Sabes?........voy a ofrecerte al primer tío que quiera pagarme por disfrutar de una puta como tú”…… Cómo?? (le dije) bufff, sinceramente no sabía muy bien que pensar, si creerle o no.

Durante días, después de ese comentario, Marcos había jugado con esa idea, habíamos fantaseado por teléfono, terminando en orgasmos tan intensos como lo que aquella fantasía significaba. Hasta que un día, hablando con él me dice que ha encontrado a alguien que quiere pagar por una puta como yo. Uffffffffff……creo que no era capaz de reaccionar, pero comenzamos a fantasear con ello, cada vez me producía mucho más morbo hacerlo, Marcos estaba totalmente seguro de mi disposición y yo sabía que no era algo que me había preguntado, sino que directamente “debía” aceptar sin más………e iba a hacerlo solo porque él, MI AMO, quería que así fuese, porque él iba a cobrar por mis servicios!!!! y ambos sabíamos perfectamente, que esa situación la disfrutaríamos como nunca.

Aquello me revolucionó completamente. Era algo que a veces habíamos pensado pero, bufff……yo estaba atacada, muy nerviosa!!! ....solo puse una condición. Evidentemente, solo quería que Marcos estuviese conmigo en todo momento, cosa que él ya había pactado con ese hombre (llamémosle Dani)…… detalle que me gustó.

Aquel día, después de tenerme de la forma que he descrito, con esa correa en la boca, él tumbado en la cama, mirándonos fijamente, con mi coño chorreando sin parar como una perra en celo………me indicó que me preparase para recibir a “su cliente”. Dani vendría en un rato y debía recibirle tal y como lo había pedido (vestida, con un top de tirantes bajo mi ropa y braguitas).